Es increíble que Lindsay tenga 26 años. Su vida alocada y fiestera ha cobrado su precio en su cara. Es increíble pensar que esta chica de ojos risueños, cara pecosa y pelo cobrizo se convirtiera en lo que es ahora.
Su aspecto ha sufrido múltiples cambios, tan evidentes como el color del pelo, las mejillas, los labios; y los no tan evidentes, como sus dientes.
Su aspecto ha sufrido múltiples cambios, tan evidentes como el color del pelo, las mejillas, los labios; y los no tan evidentes, como sus dientes.
Lindsay tiene unos ojos preciosos, son de un color verde turquesa con una franja marrón alrededor de la pupila. Pero si os fijáis con el paso del tiempo esos ojos han ido perdiendo brillo y se han ido como encogiendo.
Sus dientes han sufrido los estragos de la mala higiene, el tabaco, alcohol y probablemente otras sustancias. Y finalmente tuvo con recurrir a las fundas o carillas que avejentan su sonrisa.
Lindsay recurre mucho a las extensiones capilares, le encantan. Requieren muchos cuidados y ella a veces no se ocupa demasiado. Las extensiones de este rubio decolorado son las que más sufren los estragos de los malos cuidados, dando un aspecto desaliñado, casi sucio y muy poco natural. Prefiero un cabello castaño con reflejos cobrizos.
O si quiere conservar el rubio, un rubio ceniza. Es más natural y no da ese aspecto de ejem... vagabunda.
Lindsay es muy de cambios radicales de la noche a la mañana. Hoy es rubia y mañana lleva el pelo castaño o rojo. Este corte de pelo con flequillo y oscuro le da un aire a Elizabeth Taylor, pero también le rejuvenece la expresión. Tiene una frente muy ancha, el flequillo es su gran aliado.
¿Y por qué este es el mejor? Porque se asemeja a su color de cabello original. Un corte con flequillo desigual, a capas y con un color fantástico. Esta es Lindsay.