Había un precioso y atrevido vestido con estampado de leopardo y decidí entrar a curiosear precio y tallas. Paseé por la tienda y localicé el vestido. La única talla que había disponible era la XXS… ¿pero qué cojones…? Sorprendida por esto me acerqué a una dependienta y le pregunté si había una XXL. Me dijo, mirándome de arriba abajo como haciendo un escáner, que no trabajaban tallas grandes. Le contesté que si tenían un extremo súper pequeño, ¿por qué no tener el otro extremo también? Se encogió de hombros y se dio la vuelta. Se ve que no había nadie al volante de la neurona que tenía para 1) masticar el chicle y 2) sacarse el tanga de la rajilla del culo.
Me sentí triste por ni siquiera poderme probar ese vestido y por ni siquiera ver otras tallas disponibles.
Nunca he ido de compras con amigas. Siempre he ido a comprar, y cuando digo comprar, me refiero a comprar, no a mirar escaparates, donde sabía que la ropa me iba a valer, donde sabía que me probase lo que me probase iba a tener talla disponible. Aunque tuviera que pagar el doble o el triple o aunque fuera feo de cojones. Evitaba las tiendas donde las dependientas, nada más entrar, te pusieran carita de compasión o, alguna sin corazón, te saltase con un “aquí no tenemos ropa para ti”. ¿Qué sabe usted si es para mí o para quién sea?
Es complicado vestirse en este país. Un país que precisamente presume de mujeres con curvas, donde somos consideradas voluptuosas... pero entras en el Zara y no puedes hacer otra cosa que… mejor ni entrar.
La gente tiene una idea oculta de las personas gordas, que no dicen, claro, porque no es correcto. La mayoría piensan en el fondo que una persona con sobrepeso es antiestética, que deberíamos evitar salir o que nos vieran por ciertos lugares, que nos tiramos en el sofá todo el día comiendo chucherías, bocatas y viendo la tele. Se han llegado a cuestionar mi vida sexual (¡conmigo delante!), me han preguntado de malas maneras dónde me compraba la ropa porque no había talla de uniforme de trabajo para mi, me han preguntado hasta en tres ocasiones en una misma entrevista de trabajo si había trabajado de cara al público (llevo 12 años haciéndolo), me han insultado por la calle (¿qué le lleva a alguien a insultar a un desconocido sin motivo aparente?). He leído por ahí que las personas gordas somos menos eficientes en nuestros trabajos, que RyanAir pensaba aplicar una tasa a los viajeros con sobrepeso llamada fat tax... que, en definitiva, estamos enfermos.
Y luego llegan los eufemismos: Grueso, grande, corpulento, rellenito, gordita... Todo para no ofender. ¿Habéis oído alguna vez a alguien que diga esto?:
- Está saliendo con una chica… pero es gordita.
- Está saliendo con un chico… pero es calvito (jamás escucharemos esta frase).
Y es que estoy muy cabreada porque el canon de belleza femenino es una aberración.
El eslogan publicitario de L’Oréal es “Porque nosotras lo valemos”. Pero no va en serio, claro. Si lo hiciera, podría incluir a personas que se parezcan a “personas de verdad” en sus campañas de marketing. Así que la ASA “Autoridad de Estándares de Publicidad” ha decidido prohibir dos anuncios de L’Oréal: esto podría ser el comienzo de algo maravilloso.
En los dos anuncios salen, respectivamente, Julia Roberts y Christy Turlington.
Promocionan la base de maquillaje Lancôme Teint Miracle. Fijáos qué cara le han dejado.
Y el corrector eraser de Maybelline (nótese el uso de la palabra eraser, que en inglés significa borrar, aniquilar, arrasar).
Estas señoras tienen ya una edad, en el mundo de la moda, belleza y cine son unos vejestorios. Así que la belleza hizo lo que pensó que sería oportuno: tomó las fotografías, observó los defectos y los eliminó. Así aparecieron estas mujeres, improbablemente radiantes, extrañas y casi radioactivas. Ningún maquillaje puede hacer eso. Las dos damas de los anuncios han sido digitalmente retocadas hasta el extremo.
La marca también recibió críticas por la máscara de pestañas Telescopic en la que aparecía Penélope Cruz con pestañas postizas y el champú Elvive, protagonizado por Cheryl Cole con extensiones en el pelo.
La marca también recibió críticas por la máscara de pestañas Telescopic en la que aparecía Penélope Cruz con pestañas postizas y el champú Elvive, protagonizado por Cheryl Cole con extensiones en el pelo.
No estoy en contra del uso del maquillaje, ni mucho menos. Tener la cara como el hijo bastardo de ET o ser Chewbacca no es mi reto. Pero el alcance de la industria de la belleza y de su hermana fea, la moda, llegan lejos para vender sus productos, de manera peligrosa y repugnante.
En busca del beneficio, se ha creado un ideal homogéneo de belleza femenina que no tiene nada que ver con cómo las mujeres son realmente. Ese ideal es una abominación – muerto de hambre, depilado, planchado, encogido y esquelético.
Su meta es VENDER INSATISFACCIÓN porque claro, el que te gustes a ti mismo no vende nada.
En los 50, 60 y en los 70 una talla 40, con caderas y pechos podría ser un bombazo en el cine.
En busca del beneficio, se ha creado un ideal homogéneo de belleza femenina que no tiene nada que ver con cómo las mujeres son realmente. Ese ideal es una abominación – muerto de hambre, depilado, planchado, encogido y esquelético.
Su meta es VENDER INSATISFACCIÓN porque claro, el que te gustes a ti mismo no vende nada.
En los 50, 60 y en los 70 una talla 40, con caderas y pechos podría ser un bombazo en el cine.
Marilyn Monroe, Jane Russell, Ava Gardner – todas tenían cuerpos y rostros interesantes con imperfecciones. Jane Russell tenía unas cejas puntiagudas y la Gardner tenía un hoyuelo en la barbilla maravilloso. Eran personas, nada más. Las modelos y actrices de ahora son pequeñas y extrañamente idénticas, con toda la grasa absorbida y más pintadas que una puerta, extensiones de pelo hasta el infinito y con el efecto “chupachups” (la cabeza es enorme en comparación con el cuerpo) debido a su delgadez.
Eso no sólo es aburrido, ofensivo y una pesadilla para la gente que le gusta ver actrices que de verdad saben actuar, en vez de posar poniendo morritos. La cámara miente, y hoy más que nunca.
No tenéis más que fijaros en la semana de la moda de cualquier lugar – un evento de monstruoso autoengaño y estupidez. Me fijo más que en los modelitos que lucen, en los pequeños bracitos de las modelos, que son del mismo grosor que sus muslos. Parecen enfermas, tambaleándose en esos tacones imposibles. Y la gente aplaude enloquecida cuando aparece el creador, y te fijas en él/ella y te preguntas porqué no hace prendas para gente como él/ella, gente pequeña, no muy delgada, feúchos… Son inmunes y han olvidado cómo es la gente normal. También me doy cuenta de que ellos mismos son víctimas de su propio sueño.
No tenéis más que fijaros en la semana de la moda de cualquier lugar – un evento de monstruoso autoengaño y estupidez. Me fijo más que en los modelitos que lucen, en los pequeños bracitos de las modelos, que son del mismo grosor que sus muslos. Parecen enfermas, tambaleándose en esos tacones imposibles. Y la gente aplaude enloquecida cuando aparece el creador, y te fijas en él/ella y te preguntas porqué no hace prendas para gente como él/ella, gente pequeña, no muy delgada, feúchos… Son inmunes y han olvidado cómo es la gente normal. También me doy cuenta de que ellos mismos son víctimas de su propio sueño.
Galliano es un gilipollas, a la vista está (izq) y Alexander McQueen (dcha), que aunque en apariencia parezca el que más me pueda asesorar de moda, se suicidó y sospecho que sintiera algún aprecio por las mujeres. Estos zapatos son creación suya.
Ambos Lagerfeld (izq) y Valentino (dcha) parecen que hubieran abusado en demasía de la cirugía estética y las cabinas de UVA. Por no hablar de las declaraciones del Lagerfeld de hace unos años.
Lo que sugiere que no les gusta mucho el espejo. Estos diseñadores no aprecian a las mujeres, quieren vernos embutidas en tallas 34, con piernitas que apenas nos sostengan sobre zapatos horrorosamente enormes, con maquillaje que acentúen los huesos de nuestras caras. ¿A mi me van a decir éstos qué me sienta bien? Antes prefiero la opinión de mi peor enemigo. ¡O incluso la de mi madre, que duele más!
Cuando una modelo deja la pasarela y muere de fallo cardíaco o anorexia siempre surge algún debate sobre prohibir la talla cero (que es una 34 en Europa) y que se usen mujeres de “talla grande” o talla 6 (talla 40 en Europa, jaja, talla grande). En 2006 Armani dijo que había que luchar contra la anorexia. Mirad su colección de primavera/verano 2015 y me decís si algo ha cambiado.
Y luego de repente aparece un producto o una marca, como Dove, que usa “mujeres de verdad” – lo que significa gordas – en sus anuncios, pero esto es sólo es una artimaña. Una persona normal se siente identificada e incluso algunos hemos llegado a decir “deberían hacer más anuncios como estos”. Un claro ejemplo de publicidad hipócrita. Utilizando, manipulando y exprimiendo las debilidades del ser humano han conseguido posicionarse en el mercado y además quedar como buenos, comprensivos y tolerantes. Su campaña publicitaria donde nos muestran a las “mujeres reales” y “la belleza real” me hace alucinar como pocas cosas. ¿Me lo parece a mí, o son todas guapas?
Cuando una modelo deja la pasarela y muere de fallo cardíaco o anorexia siempre surge algún debate sobre prohibir la talla cero (que es una 34 en Europa) y que se usen mujeres de “talla grande” o talla 6 (talla 40 en Europa, jaja, talla grande). En 2006 Armani dijo que había que luchar contra la anorexia. Mirad su colección de primavera/verano 2015 y me decís si algo ha cambiado.
Y luego de repente aparece un producto o una marca, como Dove, que usa “mujeres de verdad” – lo que significa gordas – en sus anuncios, pero esto es sólo es una artimaña. Una persona normal se siente identificada e incluso algunos hemos llegado a decir “deberían hacer más anuncios como estos”. Un claro ejemplo de publicidad hipócrita. Utilizando, manipulando y exprimiendo las debilidades del ser humano han conseguido posicionarse en el mercado y además quedar como buenos, comprensivos y tolerantes. Su campaña publicitaria donde nos muestran a las “mujeres reales” y “la belleza real” me hace alucinar como pocas cosas. ¿Me lo parece a mí, o son todas guapas?
Son distintas constituciones físicas, pero lo mejor de cada una de ellas. Esas chicas has sido elegidas bajo un exhaustivo casting, más complejo quizá, que elegir a una modelo “estándar”. ¿Me están tomando el pelo? Si nos van a mostrar su “belleza real”, ¿por qué no han elegido 6 chicas al azar?
Espera que ahora es cuando me da la risa, pues resulta que Dove es una marca de Unilever que entre otras tiene a Axe, caracterizada por una publicidad de claro carácter sexual protagonizada por mujeres macizorras. Por un lado Dove, un producto orientado a la mujer y con un mensaje de aceptación de múltiples tipos de belleza y fomentando la autoestima y por otro lado Axe, un producto orientado al hombre, que explota el actual prototipo de belleza. Fijáos en este anuncio. ¿Cómo han dejado que esta imagen salga en televisión y otros medios?
Espera que ahora es cuando me da la risa, pues resulta que Dove es una marca de Unilever que entre otras tiene a Axe, caracterizada por una publicidad de claro carácter sexual protagonizada por mujeres macizorras. Por un lado Dove, un producto orientado a la mujer y con un mensaje de aceptación de múltiples tipos de belleza y fomentando la autoestima y por otro lado Axe, un producto orientado al hombre, que explota el actual prototipo de belleza. Fijáos en este anuncio. ¿Cómo han dejado que esta imagen salga en televisión y otros medios?
Y por favor, no empecéis a contarme que cada marca es independiente que me aburro. Es fantástico que la gente se acepte tal y como es, pero no lo utilicéis para venderme productos y compartas beneficios con los provenientes de los que predican un rol radicalmente opuesto.
Esto es como la tendencia actual de las empresas de hacer productos que respeten el medio ambiente. No es que les preocupe, lo que previamente han jodido sin escrúpulos, simplemente que la sociedad va tomando conciencia y el mercado destinado a este tipo de personas aumenta… y con ellas las ventas.
La revista Vogue hizo un reportaje donde el propio fotógrafo era fotografiado… sin cabeza. Probablemente era demasiado feo para aparecer con cabeza. Esa era la venganza de Vogue: hazle más delgado, quítale la cabeza. Eso es lo que quieren de nosotras las mujeres, que no pensemos. Tenemos impuestos unos cánones que han pensado 3 misóginos de pacotilla. ¿Qué tiene de hermoso una mujer escuálida, con los pómulos afilados, con la clavícula sobresaliendo, con las costillas marcándose a través de las telas? ¿Por qué nos quieren ver así?
Aquí estoy para criticar, aconsejar y sobre todo para luchar contra esta dictadura. Hablaremos sobre moda en general y moda de tallas grandes en particular, belleza, maquillaje, trucos, tiendas, curiosidades... ¿Te vienes?
Miss Medidas
Esto es como la tendencia actual de las empresas de hacer productos que respeten el medio ambiente. No es que les preocupe, lo que previamente han jodido sin escrúpulos, simplemente que la sociedad va tomando conciencia y el mercado destinado a este tipo de personas aumenta… y con ellas las ventas.
La revista Vogue hizo un reportaje donde el propio fotógrafo era fotografiado… sin cabeza. Probablemente era demasiado feo para aparecer con cabeza. Esa era la venganza de Vogue: hazle más delgado, quítale la cabeza. Eso es lo que quieren de nosotras las mujeres, que no pensemos. Tenemos impuestos unos cánones que han pensado 3 misóginos de pacotilla. ¿Qué tiene de hermoso una mujer escuálida, con los pómulos afilados, con la clavícula sobresaliendo, con las costillas marcándose a través de las telas? ¿Por qué nos quieren ver así?
Aquí estoy para criticar, aconsejar y sobre todo para luchar contra esta dictadura. Hablaremos sobre moda en general y moda de tallas grandes en particular, belleza, maquillaje, trucos, tiendas, curiosidades... ¿Te vienes?
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